sábado, 11 de febrero de 2017

TEATROS DEL CANAL:NO HAY BURLAS CON EL AMOR DE CALDERÓN DE LA BARCA

NO HAY BURLAS CON EL AMOR 
de Calderón de la Barca

El próximo 16 de febrero nos vamos al teatro a Madrid. Veremos una adaptación moderna de una obra clásica de Calderón de la Barca-


SINOPSIS
Don Alonso de Luna -célebre por sus conquistas femeninas y por presumir de no haberse enamorado en su vida- quiere despedir a su criado Moscatel precisamente por haberse enamorado de Inés, una criada.
Don Juan de Mendoza, llega a la casa de su amigo don Alonso para pedirle que le ayude en su conquista amorosa de Leonor con la que no puede casarse porque tiene una hermana mayor, Beatriz, y las leyes convencionales no permiten desposarse a la hermana menor sin haberlo hecho primero la mayor.
 Las dos hermanas, Leonor y Beatriz son hijas del viudo don Pedro -hombre con fama de déspota y de moral estricta-. Don Alonso se decide a ayudar a su amigo don Juan y acepta el juego que se le ha propuesto de enamorar a la hermana de Leonor, Beatriz (mujer bella pero insoportable), sólo como diversión; esto es, don Alonso debe fingir que está enamorado de Beatriz.
Este supuesto juego, acabará por enredar las cosas porque don Pedro, acaba de concertar el casamiento de su hija mayor, Beatriz, con un tal don Lluis y, por otro lado, don Alonso terminará también siendo víctima de su propia burla al enamorarse perdidamente de Beatriz. 

¡Y en fin… Con el amor no se juega!...

Características del teatro barroco






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CALDERÓN DE LA BARCA

5.1.     VIDA Y PERSONALIDAD

Nació Pedro Calderón de la Barca en Madrid en el año 1600 dentro de una familia hidalga. Su padre era escribano de la Hacienda real y Pedro fue el segundo de tres hermanos varones. Estudió con los jesuitas y luego en las universidades de Alcalá y Salamanca. Pero en 1620 abandonó los estudios, quizá a causa de algunas deudas, y regresó a Madrid.
Comienza muy pronto a escribir obras teatrales y estrena la primera en 1623. Por entonces, su vida pasa por diversos lances dramáticos. En 1621, junto a sus dos hermanos, se vio envuelto en un episodio en el que murió un hombre, y la familia de Calderón tuvo que indemnizar a los padres del muerto. En 1629, un hermano del escritor fue herido y éste entró armado en un convento de monjas en busca de su ofensor, violando con ello el recinto eclesiástico. Entre tanto, es ya un conocido autor teatral.
A partir de los treinta años modera su atrevido comportamiento, lo que también se refleja en sus obras, en las que es patente ya la preocupación moral. Su importancia literaria se agranda y es el dramaturgo más estimado en la Corte. Es un tiempo de intensa actividad dramática, durante el que escribe sus mejores obras.  En 1637, Felipe IV le concede el hábito de caballero de Santiago. En consonancia con la protección que le asiste, Calderón defenderá siempre en sus obras la monarquía.
Participó como militar en diversas campañas, y así, en 1640, tomó parte en la guerra de Cataluña. La situación del país y diversas circunstancias familiares debieron de influir en su ánimo y propiciar un sesgo pesimista y desengañado a su carácter. En 1651 se ordenó sacerdote. En 1663 fue nombrado capellán de honor del rey. En el tramo final de su vida no abandonó sus actividades literarias, pero fue menos prolífico y escribió, sobre todo, autos sacramentales. Falleció en Madrid en 1681.

Salvo en su azarosa juventud, a lo largo de su vida, destacan en Calderón su capacidad reflexiva, su serenidad e incluso su propensión al retiro y la soledad, y ello aun a pesar de su condición de escritor palaciego. Intelectualmente, fue un hombre de notables conocimientos, influido siempre por el sistema de pensamiento aprendido con los jesuitas, muy dado a la casuística ¾parte de la teología moral que trata de los casos de conciencia¾ y a la especulación lógica.


5.2.     SU OBRA

Calderón fue un escritor casi exclusivamente teatral. Escribió numerosas obras, aunque muchas menos que Lope de Vega: unas ciento veinte comedias, ochenta autos sacramentales y más de veinte piezas cortas (entremeses, jácaras [11]y mojigangas[12]).

5.2.1.  Etapas del teatro de Calderón:

En la producción calderoniana suelen distinguirse dos etapas:

a) Dramas, de corte realista, próximos a la comedia nueva de Lope.
b) A partir de la composición de La vida es sueño, tiende hacia un drama de tipo filosófico, de construcción más elaborada, en el que son característicos los elementos simbólicos y alegóricos.

5.2.2.  Temas del teatro de Calderón:

La variedad temática de las obras de Calderón hacen muy difícil la clasificación por temas. No obstante, puede proponerse una división entre comedias, tragedias o dramas trágicos y autos sacramentales:

a) Comedias:

Dentro de las comedias hay que distinguir:
·         Comedias de enredo, concebidas para ser representadas en los corrales de comedias, entre las que destacan La dama duende o Casa con dos puertas mala es de guardar.
·         Comedias de aparato, compuestas para las funciones cortesanas del teatro del Buen Retiro. Las comedias de aparato desarrollan frecuentemente un asunto mitológico, como es el caso de Eco y NarcisoLa estatua de Prometeo y La fiera, el rayo y la piedra.


b) Tragedias o dramas trágicos:

Dentro de las tragedias o dramas trágicos, según el tema, pueden distinguirse:
·         Tragedias que expresan el conflicto entre la libertad y el destinoEl mayor monstruo del mundo, Los cabellos de Absalón y La cisma de Inglaterra.
·         Tragedias que plantean un conflicto de honor, como la famosísima El alcalde de Zalamea y también A secreto agravio, secreta venganza, El médico de su honra y El pintor de su deshonra, dramas trágicos que se centran en el problema de los celos.
·         Tragedias que tratan sobre la naturaleza del poder como La vida es sueño yLa hija del aire

c) Autos sacramentales:

Entre los autos sacramentales de Calderón cabe destacar El gran teatro del mundo, El gran mercado del mundo, La cena del rey Baltasar y Los encantos de la culpa.


5.3.     CARACTERÍSTICAS DEL TEATRO DE CALDERÓN

Calderón parte de la fórmula dramática de Lope y sus seguidores, pero paulatinamente introduce en ella una serie de cambios que implican la renovación del género de la comedia nueva.

Tiende a respetar la unidad de acción: respetando el trazado de los argumentos y evitando la acumulación de accidentes y de intrigas secundarias.

Limita el número de personajes y prefiere destacar uno sobre todos los demás para convertirlo en el eje sobre el que gira la acción de las obras y en torno al que se organizan los demás personajes.

Los protagonistas suelen tener un carácter intelectual y reflexivo: exponen sus ideas a través de largos parlamentos, cuyo uso es una de las características del teatro de Calderón, aunque siempre trata de equilibrar en sus obras los monólogos y los diálogos. Son personajes que se ven a veces sometidos a una norma moral que los obliga a comportarse de una forma determinada. No obstante, pueden utilizar su libertad y no respetar esa libertad moral. En esos casos funciona en los textos calderonianos una justicia poética que da a cada personaje su merecido.

El lenguaje de Calderón es mucho más artificioso que el de Lope y se advierte el uso tanto de recursos conceptistas como culteranos, aunque con cierta preferencia por la lengua gongorina. Esto tiene que ver, claro está, con el tipo de público (cortesano y culto) al que va dirigido su teatro.

El carácter cortesano de las obras de Calderón explica la riqueza decorativa, la aparatosa escenografía, la música, la alternancia de textos recitados y cantados, la mayor elaboración estilística, etc.

Calderón incluye, como Lope, fragmentos líricos, pero estas canciones surgen de la acción y las acciones y no se pueden extraer del contexto como con Lope.
Destaca especialmente en Calderón el uso del símbolo y la alegoría como medios para transmitir determinados contenidos y para plantear problemas universales de la existencia humana.
Los temas de las comedias de Calderón son los mismos de toda la comedia barroca: la historia y las leyendas nacionales y extranjeras; los motivos religiosos; la mitología; los conflictos de honra, amor y celos, etc.
Destaca en Calderón el proceso de reflexión intelectual al que somete toda una serie de temas y motivos que en su momento se habían convertido en tópicos. A través de esos argumentos convencionales, es capaz de plantear problemas que atañen a la existencia humana. Su enorme bagaje cultural y su habilidad en el planteamiento dialéctico de los conflictos, disecciona en su obra con suma agudeza los entresijos de la conciencia humana.

El teatro de Calderón muestra un momento histórico en que se atisba ya elenfrentamiento que se producirá en el siglo XVIII entre razón y fe. En numerosos personajes calderonianos coexisten la fe y el espíritu crítico, la credulidad y el escepticismo, y es que es característico del teatro de Calderón el enfrentamiento entre contrarios: el determinismo y el libre albedrío, la fe y la incredulidad, el caos del mundo y la providencia divina, la vida concebida como esperanza y la existencia representada como castigo.

Muchos personajes calderonianos son individuos arrojados a un mundo inexplicable, ansiosos de interpretarlo por medios racionales y sometidos a un destino ante el que, impotentes, intentan rebelarse. Calderón niega la posibilidad de explicar el mundo por la razón y considera que sólo puede justificarse acudiendo a un ser superior, Dios, que así lo ha dispuesto todo.

La explicación religiosa del mundo no impide que algunos personajes tengan un destino trágico, consecuencia entre el enfrentamiento entre su libertad y su destino. Calderón logra dar calidad humana a estos seres sometidos a conflictos abstractos y metafísicos. En los textos de Calderón convive la tragedia clásica griega con la doctrina católica de la libertad, dando lugar a un característico drama trágico católico. De ahí que el vehículo idóneo de la expresión de estos temas sea el auto sacramental, donde Calderón puede plasmar sus preocupaciones y cualidades.  En esa fusión de liturgia y fiesta que son los autos, es patente la maestría de Calderón para comunicar las enseñanzas religiosas que habitualmente suelen transmitir esas formas teatrales.

Sin embargo, no puede ignorarse que en las obras de Calderón se entrecruzan y complementan el sentido trágico y la comicidad irónica. Los elementos cómicos no sólo aparecen en los entremeses, las comedias y las obras menores, incluso en las tragedias pueden encontrarse momentos y situaciones que sirven de contrapunto a los temas serios que se exponen. Tiene especial importancia en este sentido la figura del gracioso que va a aligerar el efecto de los personajes serios y honorables y sus parlamentos trascendentes.

No obstante, los rasgos ideológicos de Calderón pueden detectarse indistintamente a lo largo de toda su obra.