de Calderón de la Barca
El próximo 16 de febrero nos vamos al teatro a Madrid. Veremos una adaptación moderna de una obra clásica de Calderón de la Barca-
SINOPSIS
Don Alonso de Luna
-célebre por sus conquistas femeninas y por presumir de no haberse enamorado en
su vida- quiere despedir a su criado Moscatel precisamente por haberse
enamorado de Inés, una criada.
Don Juan de Mendoza,
llega a la casa de su amigo don Alonso para pedirle que le ayude en su
conquista amorosa de Leonor con la que no puede casarse porque tiene una
hermana mayor, Beatriz, y las leyes convencionales no permiten desposarse a la
hermana menor sin haberlo hecho primero la mayor.
Las dos hermanas, Leonor y Beatriz son hijas
del viudo don Pedro -hombre con fama de déspota y de moral estricta-. Don
Alonso se decide a ayudar a su amigo don Juan y acepta el juego que se le ha
propuesto de enamorar a la hermana de Leonor, Beatriz (mujer bella pero
insoportable), sólo como diversión; esto es, don Alonso debe fingir que está
enamorado de Beatriz.
Este supuesto juego,
acabará por enredar las cosas porque don Pedro, acaba de concertar el
casamiento de su hija mayor, Beatriz, con un tal don Lluis y, por otro lado,
don Alonso terminará también siendo víctima de su propia burla al enamorarse
perdidamente de Beatriz.
Características del teatro barroco
CALDERÓN
DE LA BARCA
5.1. VIDA Y
PERSONALIDAD
Nació Pedro Calderón de la Barca en Madrid en el año
1600 dentro de una familia hidalga. Su padre era escribano de la Hacienda real
y Pedro fue el segundo de tres hermanos varones. Estudió con los jesuitas y
luego en las universidades de Alcalá y Salamanca. Pero en 1620 abandonó los
estudios, quizá a causa de algunas deudas, y regresó a Madrid.
Comienza muy pronto a escribir obras teatrales y
estrena la primera en 1623. Por entonces, su vida pasa por diversos lances
dramáticos. En 1621, junto a sus dos hermanos, se vio envuelto en un episodio
en el que murió un hombre, y la familia de Calderón tuvo que indemnizar a los
padres del muerto. En 1629, un hermano del escritor fue herido y éste entró
armado en un convento de monjas en busca de su ofensor, violando con ello el
recinto eclesiástico. Entre tanto, es ya un conocido autor teatral.
A partir de los treinta años modera su atrevido
comportamiento, lo que también se refleja en sus obras, en las que es patente
ya la preocupación moral. Su importancia literaria se agranda y es el
dramaturgo más estimado en la Corte. Es un tiempo de intensa actividad
dramática, durante el que escribe sus mejores obras. En 1637, Felipe IV
le concede el hábito de caballero de Santiago. En consonancia con la protección
que le asiste, Calderón defenderá siempre en sus obras la monarquía.
Participó como militar en diversas campañas, y así, en
1640, tomó parte en la guerra de Cataluña. La situación del país y diversas
circunstancias familiares debieron de influir en su ánimo y propiciar un sesgo
pesimista y desengañado a su carácter. En 1651 se ordenó sacerdote. En 1663 fue
nombrado capellán de honor del rey. En el tramo final de su vida no abandonó
sus actividades literarias, pero fue menos prolífico y escribió, sobre todo,
autos sacramentales. Falleció en Madrid en 1681.
Salvo en su azarosa juventud, a lo largo de su vida,
destacan en Calderón su capacidad reflexiva, su serenidad e incluso su
propensión al retiro y la soledad, y ello aun a pesar de su condición de
escritor palaciego. Intelectualmente, fue un hombre de notables conocimientos,
influido siempre por el sistema de pensamiento aprendido con los jesuitas, muy
dado a la casuística ¾parte de la teología moral que trata de los casos de
conciencia¾ y a la especulación lógica.
5.2. SU
OBRA
Calderón fue un escritor casi exclusivamente teatral.
Escribió numerosas obras, aunque muchas menos que Lope de Vega: unas ciento
veinte comedias, ochenta autos sacramentales y más de veinte piezas cortas
(entremeses, jácaras [11]y mojigangas[12]).
5.2.1. Etapas del teatro de Calderón:
En la producción calderoniana suelen distinguirse dos
etapas:
a) Dramas, de corte realista, próximos a la comedia
nueva de Lope.
b) A partir de la composición de La vida es
sueño, tiende hacia un drama de tipo filosófico, de construcción más
elaborada, en el que son característicos los elementos simbólicos y alegóricos.
5.2.2. Temas del teatro de Calderón:
La variedad temática de las obras de Calderón hacen
muy difícil la clasificación por temas. No obstante, puede proponerse una
división entre comedias, tragedias o dramas trágicos y autos sacramentales:
a) Comedias:
Dentro de las comedias hay que distinguir:
· Comedias de enredo,
concebidas para ser representadas en los corrales de comedias, entre las que
destacan La dama duende o Casa con dos
puertas mala es de guardar.
· Comedias de aparato,
compuestas para las funciones cortesanas del teatro del Buen Retiro. Las
comedias de aparato desarrollan frecuentemente un asunto mitológico, como es el
caso de Eco y Narciso, La estatua de Prometeo y La
fiera, el rayo y la piedra.
b) Tragedias o dramas trágicos:
Dentro de las tragedias o dramas trágicos, según el
tema, pueden distinguirse:
· Tragedias que expresan el conflicto entre la
libertad y el destino: El mayor monstruo del mundo, Los cabellos
de Absalón y La cisma de Inglaterra.
· Tragedias que plantean un conflicto de honor,
como la famosísima El alcalde de Zalamea y también A
secreto agravio, secreta venganza, El médico de su honra y El
pintor de su deshonra, dramas trágicos que se centran en el problema de
los celos.
· Tragedias que tratan sobre la naturaleza del
poder como La vida es sueño yLa hija del
aire
c) Autos sacramentales:
Entre los autos sacramentales de Calderón cabe
destacar El gran teatro del mundo, El gran mercado del mundo, La
cena del rey Baltasar y Los encantos de la culpa.
5.3. CARACTERÍSTICAS
DEL TEATRO DE CALDERÓN
Calderón parte de la fórmula dramática de Lope y sus
seguidores, pero paulatinamente introduce en ella una serie de cambios que
implican la renovación del género de la comedia nueva.
Tiende a respetar la unidad de acción: respetando el trazado de los argumentos y
evitando la acumulación de accidentes y de intrigas secundarias.
Limita el número de personajes y prefiere destacar uno sobre todos los
demás para convertirlo en el eje sobre el que gira la acción de las obras y
en torno al que se organizan los demás personajes.
Los protagonistas suelen tener un
carácter intelectual y reflexivo: exponen sus ideas a través de largos
parlamentos, cuyo uso es una de las características del teatro de Calderón,
aunque siempre trata de equilibrar en sus obras los monólogos y los diálogos.
Son personajes que se ven a veces sometidos a una norma moral que los obliga a
comportarse de una forma determinada. No obstante, pueden utilizar su libertad
y no respetar esa libertad moral. En esos casos funciona en los textos
calderonianos una justicia poética que da a cada personaje su merecido.
El lenguaje de Calderón es mucho más
artificioso que el de Lope y se advierte el uso tanto de recursos conceptistas
como culteranos, aunque con cierta preferencia por la lengua gongorina. Esto
tiene que ver, claro está, con el tipo de público (cortesano y culto) al que va
dirigido su teatro.
El carácter cortesano de las obras de
Calderón explica la riqueza decorativa, la aparatosa escenografía, la música,
la alternancia de textos recitados y cantados, la mayor elaboración
estilística, etc.
Calderón incluye, como Lope, fragmentos
líricos, pero estas canciones surgen de la acción y las acciones y no se
pueden extraer del contexto como con Lope.
Destaca especialmente en Calderón el uso del
símbolo y la alegoría como medios para transmitir determinados
contenidos y para plantear problemas universales de la existencia humana.
Los temas de las comedias de Calderón son
los mismos de toda la comedia barroca: la historia y las leyendas nacionales y
extranjeras; los motivos religiosos; la mitología; los conflictos de honra,
amor y celos, etc.
Destaca en Calderón el proceso de reflexión
intelectual al que somete toda una serie de temas y motivos que en su momento
se habían convertido en tópicos. A través de esos argumentos convencionales, es
capaz de plantear problemas que atañen a la existencia humana. Su enorme bagaje
cultural y su habilidad en el planteamiento dialéctico de los conflictos,
disecciona en su obra con suma agudeza los entresijos de la conciencia humana.
El teatro de Calderón muestra un momento histórico en
que se atisba ya elenfrentamiento que se producirá en el siglo XVIII entre
razón y fe. En numerosos personajes calderonianos coexisten la fe y el
espíritu crítico, la credulidad y el escepticismo, y es que es característico
del teatro de Calderón el enfrentamiento entre contrarios: el determinismo y el
libre albedrío, la fe y la incredulidad, el caos del mundo y la providencia
divina, la vida concebida como esperanza y la existencia representada como
castigo.
Muchos personajes calderonianos son
individuos arrojados a un mundo inexplicable, ansiosos de interpretarlo por
medios racionales y sometidos a un destino ante el que, impotentes, intentan
rebelarse. Calderón niega la posibilidad de explicar el mundo por la razón y
considera que sólo puede justificarse acudiendo a un ser superior, Dios, que
así lo ha dispuesto todo.
La explicación religiosa del mundo no impide que algunos
personajes tengan un destino trágico, consecuencia entre el enfrentamiento
entre su libertad y su destino. Calderón logra dar calidad humana a estos seres
sometidos a conflictos abstractos y metafísicos. En los textos de Calderón convive
la tragedia clásica griega con la doctrina católica de la libertad, dando lugar
a un característico drama trágico católico. De ahí que el vehículo idóneo de la
expresión de estos temas sea el auto sacramental, donde Calderón puede plasmar
sus preocupaciones y cualidades. En esa fusión de liturgia y fiesta que
son los autos, es patente la maestría de Calderón para comunicar las enseñanzas
religiosas que habitualmente suelen transmitir esas formas teatrales.
Sin embargo, no puede ignorarse que en las obras de
Calderón se entrecruzan y complementan el sentido trágico y la
comicidad irónica. Los elementos cómicos no sólo aparecen en los
entremeses, las comedias y las obras menores, incluso en las tragedias pueden
encontrarse momentos y situaciones que sirven de contrapunto a los temas serios
que se exponen. Tiene especial importancia en este sentido la figura del
gracioso que va a aligerar el efecto de los personajes serios y honorables y
sus parlamentos trascendentes.
No obstante, los rasgos ideológicos de
Calderón pueden detectarse indistintamente a lo largo de toda su obra.