lunes, 2 de noviembre de 2015

RIMA XX

Llegó la noche y no encontré un asilo; 
y tuve sed ... ¡mis lágrimas bebí! 
¡Y tuve hambre! ¡Los hinchados ojos 
cerré para morir! 

¿Estaba en un desierto? Aunque a mi oído 
de las turbas llegaba el ronco hervir, 
yo era huérfano y pobre... El mundo estaba 
desierto... ¡para mí!

                             Gustavo Adolfo Bécquer